y vendavales de sentimientos.
Se ahoga, se asfixia muriendo pausadamente
en la cárcel de mis labios.
Juega con la razón a despistar las horas
para engañar el tiempo.
Intenta gritar para pedir respuestas usando la palabra;
para decir que existe, que tiene libertad.
Cuando el desventurado iluso cree haber vencido,
muere traicionado por la razón y las formas,
por la hipocresía y los modos,
por la estupidez y la falsedad del mundo.
Mi pensamiento navega rápido para alcanzar el vacío
y explotar para que todos lo escuchen.
Es tan sumamente frágil,tan débil e inocente
que la mayoría de las veces muere agotado por la lucha
sin salir de mis labios.
No es consciente, no sabe que al poder de la palabra
lo asesinó durante siglos el miedo y el silencio.

Para ti mamá:
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