viernes, 4 de septiembre de 2009

¡ SOLO FALTAN 11 MESES !


Me había dormido sin quererlo, la brisa del mar me relajaba tanto, que era un placer para mi cerrar los ojos y escuchar el vaivén de las olas acercándose a besar la playa.
Me desperté con una sensación de sed extrema, seguramente el sol había resecado mis labios y la sal que el aire llevaba habían producido esa desagradable impresión, aún con los ojos cerrados volví mi cuerpo hacía la derecha y alargue mi mano para coger la limonada que me sacaba a la mesa del porche, cuando salía a disfrutar del sol.
Un ruido estallo en el mismo momento que la piel de mi mano rozaba algo frío e inerte, abrí los ojos despacio, como con miedo a lo que iba a ver, la lámpara de porcelana yacía en el suelo destrozada y mi cuerpo iba hundiéndose más y más en el sofá a medida que mi mirada iba recorriendo cada uno de los rincones de aquel salón.
Estaba confusa y no entendía lo que pasaba, todo aquello me era familiar, pero no eran los muebles de la casita de la playa, tanto me apretaba al respaldo del sofá que parecía que estuviera tragándome poco a poco, frente a mí un televisor de plasma reproducía escenas donde yo estaba corriendo por la playa, bañándome en el mar o sentada en la arena observando el atardecer no lograba entenderlo, un nerviosismo de pánico se iba adueñando de mí, según iban despertándose mis neuronas, ya no había vuelta atrás, lo recordaba todo, aquel cuerpo viril que había sido mi amor furtivo durante aquellas cuatro semanas , ahora todo había terminado, la aventura, el romanticismo y las vacaciones, mi cuerpo se estremeció, reconocía mi piso, mi salón y mi rutinario adonis, habíamos puesto las cintas para ver que tal estaban y me había dormido, su voz sonó tras de mi
- ¿Qué bien lo hemos pasado este verano en la casita de la playa, verdad cariño?
- Si – dije conformada- ya solo nos faltan once meses para las próximas.

Mientras pensaba en las horas y horas de oficina que eso suponía, las aburridísimas noches al lado de aquel vendedor de coches que como buen marido entrado en años solo se emocionaba con el futbol y los coches de carreras, me levante del sofá con solo una idea gritando en mi cabeza:
- Solo faltan once meses.
- Sooolo faltan once meses.
- Once meses nada más.