miércoles, 6 de mayo de 2009

Amanecer


Una noche de verano
al levantar la mirada,
observé el cielo lejano
con una luna rosada.
Parecía sobrehumana
aquella imagen creada,
como si Dios con su mano
le diera esa luz sagrada.
Lo sentia tan... cercano
sin retirar la mirada,
que quise alargar mi mano
llegando la madrugada.
Vi su pincel soberano,
vi la luna desangrada,
vi en su lienzo cotidiano
la aurora más delicada.
Los colores desgrano
pincelada a pincelada,
y transformo ese verano
en paz y fe sosegada.
Una noche de verano
mira al cielo en madrugada,
dime si no es sobrehumano
lo que observa tu mirada.


Un besazo grande, grande.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

María josé: Sólo la naturalaza nos puede cambiar la percepción del mundo.Lo has expresado eestupendamente con tu poema. la mejor terapia para la decepción del mindo de abajo es mirar al cielo .Nunca nos defarauda. me ha gustado mucho

Mª José dijo...

Gracias anónimo, pero esta vez no es que haya salido, es lo que siento, de todas formas me alegro que te guste.


Un besazo