jueves, 29 de enero de 2009

Un angelito inquieto


Hay una leyenda muy, muy antigua que explica de una forma muy bella cómo es el lugar donde esperan las almas hasta que vuelven a ocupar de nuevo otra vida.
Cuenta la leyenda que las personas nos reencarnamos una y otra vez, hasta que nuestra alma llega a ser totalmente pura, según esto el cuerpo es siempre diferente, pero el alma o la esencia, como queráis llamarlo es siempre la misma.
Dicen que en el cielo hay una salita donde son guardadas las almas de todos los seres vivos, algunas veces está llena y otras medio vacía, dependiendo del número que en ese momento hay en la tierra, por eso y esta es la parte más triste de la historia, el día que nazca un niño y esa sala este vacía, se acabara el mundo, porque ese bebé habrá nacido sin alma.
Esta sala es custodiada por miles de gorriones que con sus trinos hacen más corta la espera del turno para volver a la vida. Por eso cada vez que nace un niño en cualquier lugar del mundo, se oyen cantar a los gorriones, que cantan contentos y llenos de júbilo mientras les abren las puertas del cielo y los acompañan a su destino.
No siempre vuelven a la tierra, cuando ya han tenido varias reencarnaciones o ese espíritu ya es puro, se eleva entre las nubes de algodón a la par que les crecen dos hermosas alas blancas que los llevan ante Dios, pasando a ser así ángeles que nos protegen durante toda la eternidad.
Cuando un bebé nace y al poco tiempo fallece, nosotros las personas de su entorno sufrimos de tan cruel manera que creemos que es un castigo divino por nuestro comportamiento o manera de ver la vida, cuando en realidad nada tiene que ver.
Al igual que no hay dos cuerpos idénticos, tampoco hay dos almas iguales y a veces algunas que ya están preparadas para ser ángeles, sufren en el último momento el miedo por lo nuevo, lo desconocido y ante esa timidez o flaqueza de no creer ser lo suficientemente puros para estar ante Dios, prefieren seguir siendo una vez más mortales.
Explica esa vieja leyenda que cada una de las almas que existe posee un reloj que marca su tiempo terrestre, cuando sus agujas hayan dado todas las vueltas posibles a su esfera o ese espíritu ha llegado a la pureza, es el momento de ser elevados.
Por eso, por mucho que ellos quieran volver, su tiempo ya se ha cumplido y el Señor se los lleva a su lado.
A mí me gusta pensar que son ángeles inquietos, espíritus puros que se escapan del cielo para hacer felices a algunos mortales y aunque hayan consumido su tiempo terrestre al nacer de nuevo en la tierra ven tanto amor en sus padres y amigos que los rodean, que se niegan abandonarlos para que no sufran por él, manteniendo una pequeña lucha que algunas veces… Dios premia a ese espíritu bondadoso con el nuevo Don de la vida y a pesar de haber gastado ya todo su tiempo, el Señor les entrega un nuevo reloj para poder hacer realidad su deseo, pudiendo crecer llenándonos de amor a cuantos rodeamos sus vidas. Cuando un niño nace es un regalo del cielo, un ángel que viene alegrarnos la vida. Benditos sean todos los niños del mundo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

que bonita entrada, maria José. Benditos sean siempre todos los niños del mundo.
Me ha gustado mucho como te defines en tu perfil. Me pareces una persona mucho mas cercana a traves del Blog que en directo,
Un abrazo.
Carmen Molinero

Anónimo dijo...

Hola Mª josé tu blog es precioso,tus escritos al leerlos estremecen pones los sentimientos a tope he leido todo,cuanto te pareces a tu madre,sigue así las fotos fenomenales un beso de ana la mujer de Javier que trabaja con tu ojazos.

Anónimo dijo...

Gracias Carmen, si lo he hecho te ha gustado me haces muy feliz, porque lo único que pretendo es poner mi granito de ilusion a una realidad, a veces, demasiado dura, espero que sigas paseándote por esta playa y dándome tu opinión.
Un beso

Anónimo dijo...

Hola Ana me encanta que te guste, pero si hay algo que no os gusta decidlo igual, soy consciente de que no todo va a gustaros, de todas formas gracias me haceis muy feliz con vuestras "críticas"
Un beso

Anónimo dijo...

hola